La delantera con mejores números en la historia de la Champions evitó el tropiezo del Real Madrid ante el Werder Bremen en la primera función europea de la temporada en el Santiago Bernabéu. Raúl y Van Nistelrooy, con 57 y 54 goles cada uno a sus espaldas, se encontraron mutuamente para seguir sumando en un partido que exigió a su equipo un sobreesfuerzo inesperado. Llegaban los alemanes en horas bajas tras un mal inicio en la Bundesliga y con muchas bajas para medirse a un Madrid confiado en su potencial y con efectivos de sobra para mover la ruleta. Schuster dio entrada en su once a Marcelo, Gago e Higuaín, los tres jugadores que llegaron el pasado invierno y que todavía no han encontrado su sitio, y el equipo comenzó tan acelerado como ellos.
Guti y Sneijder, los dueños del embrague que cambia al Madrid de marcha, tardaron en engranarse con el resto de sus compañeros. Mientras tanto, Raúl tomó las riendas al cuarto de hora para buscar a Van Nistelrooy, descolgado hacia la izquierda en busca de espacios. El holandés ejerció de extremo y puso un buen balón para que su socio cabecease al primer palo en un escorzo de bella factura. Definitivamente, el capitán ha vuelto. Raúl ha recuperado el olfato de gol y su participación en el juego del equipo es importantísima. Presiona con energía, se le ve aliviado con el balón en los pie y se le nota descansado psicológicamente.
La alegría duró poco
El tanto del Madrid provocó una ventaja perecedera. Nada más sacar de centro, el Werder Bremen consiguió el empate tras un centro de Tosic que tocó en la espalda de Sergio Ramos y fue a parar a Sanogo, más rápido que Metzelder y más atento que Casillas, incapaz de sacar un remate malintencionado pero flojo. El error de concentración en la jugada del gol le complicó el partido al Madrid cuando lo tenía donde quería y le mantuvo despistado hasta el último cuarto de hora de la primera parte. Higuaín apareció con nuevos bríos por la derecha y el Madrid desaprovechó hasta cinco buenas ocasiones para adelantarse antes del descanso.
El comienzo del segundo acto fue preocupante, con Marcelo intentando lucirse en cada subida y Gago asustado en la salida del balón. El argentino, más aplicado en tareas de recuperación que de creación, sigue por debajo de lo esperado. Por delante de él, Sneijder y Guti buscaban huecos mientras que Raúl y Van Nistelrooy afinaban su puntería.
Una pareja ganadora
Raúl lo intentó con una vaselina y Van Nistelrooy obligó a Wiese a emplearse a fondo hasta que en el 74 los dos se volvieron a asociar para acabar con la angustia. Guti metió en profundidad para Raúl y el capitán se la puso en bandeja al holandés, que no falló con un remate raso.
Quedaba un cuarto de hora y sólo Diego parecía capaz de amargar la fiesta a los blancos. El brasileño justificó el interés mostrado por el Real Madrid en su contratación con algunos destellos que dejaron entrever su calidad. La del Madrid tampoco se mostró en plenitud pero fue suficiente para sumar tres puntos fundamentales
